¿Qué puedo decirte para evitar que las lágrimas que se
deslizan por mis mejillas sean reales? ¿Qué puedo decirte para evitar que los
latidos de mi alma desprendan mis plumas?
En el fragor de una batalla que aún está por producirse, te
observo sin que nuestras miradas se encuentren. Sin que transcurra el tiempo
caminas a mi lado, y suspiro al desvanecerme.
Lejos de ti y cerca de tu alma, observo las nubes pasar en
silencio. Recuerdo cuando después de acariciarme lamías las tristezas a merced
del viento. Recuerdo el hedor de tus ojos cuando reflejaban mi sombra. Recuerdo
la oscuridad de tus plumas cuando probaste la muerte.
¿Dónde estás, dónde fuiste? ¿Por qué aparté de mí el aroma
de tu sonrisa?
Pese a que vives, mi alma ha dejado de sentir tu constante
roce. Al extender el brazo en la noche, las yemas se manchan con la ceniza de
tu cuerpo. ¿Cuáles son tus pensamientos cuando las muertas muñecas me besan los
labios? ¿Cuáles son tus sentimientos cuando tus frías palabras riegan la nada y
me sumen en el olvido?
Rodeado en el silencio, tus palabras vacías arrancan las
alas de un millar de ángeles, obligados a caminar lejos de tu luz. Obligados a
despertar.
Naif.